En plena Navidad, un día precioso post-tormenta y las ganas de pescar de la gente, lucieron intactas. Algún lenguadito interesante, cornalotes para la ilusión y más luego, lilas profundos para vestir a la pesca del ocaso.
Llegó, saludó, se echó y se quedó... lo bautizamos "Canelo"... jaja
Quien Me Da Vida
Opa! Quién se asoma por detrás?
Las sombras ganaban territorio y los lilas ganaban al corazón...
Cuánta facha, cuánta "semilla creativa"...
A la noche, Gabina y yo estuvimos pescando un rato. Ella aprovechó para testear el regalo que Papá Noel le dejó a la vera del arbolito. Así, el tandem AZ (A encarnador, Z lanzadora, clavadora y sacadora) pasó un muy buen rato en el muelle, con roncadoras y una micropera.
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