Toda la noche de anoche permaneció La Lucila llovida, trayendo alivio a sus habitantes permanentes y enojo a sus turistas transitorios. Luego en el transcurso del día, la lluvia paró y dio lugar a una sofocante jornada. A eso de las 20hs, el cielo se veía así....
Como presagiaba a cada uno de los pescadores concurrentes, la pesca se iba a dar cuando se prendiesen las luces. Dicho y hecho, hubo mucho cornalote, algunos pejes, sardinas y lisas, aunque el viento se comportó intratable.
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